domingo, 2 de agosto de 2009

reportaje del nuevo dia.

Esto fue un reportaje que escribi para el nuevo dia que publicara el proximo martes 4 de agosto.

Iba en ese vuelo transoceánico sin saber exactamente que esperar. Obvio que uno tiene expectativas basadas en viajes previos o en recuerdos, pero cada experiencia es distinta. Para mí, este viaje es como un “Wake-up call”, un electroshock que me levanta del sueño en el cual he estado viviendo los pasados meses, ya que este escenario pintoresco será mi hogar por los próximos cuatro años. Al ver las calles repletas y la algarabía neoyorkina, que en nada se parece a mi pueblo de Bayamón, me siento intimidada, especialmente porque sé que la próxima vez que esté pisando estas calles, no estaré junto a mis 13 chiflados y nuestros secuaces, sino que estaré sola, enfrentándome al mismo frío. Por eso opino que este viaje me ayuda a alinearme, a retratarme. Es como una pequeña introducción al nuevo parque de diversiones que me ofrece la vida.
Esta corta aventura comenzó en el momento que pisamos el aeropuerto. “Flashes”, celulares y sorpresas, seguidas por un desayuno en el Admirals Club y una corta siesta en el avión (aplica a los suertudos que no se dejaron consumir por el entusiasmo) fueron el primer bocado de lo que nos espera en estos cuatro días. Toda esa ansiedad se tradujo a sonrisas de ilusión y entusiasmo al atrapar un vistazo del Empire State Building o de Central Park. Boquiabiertos observamos el mar de taxis amarillos que se arrastra por las calles de la ciudad. Una temperatura agradable traicionó nuestras predicciones de un calor infernal, mientras el vaivén de Nueva York nos cautivaba a todos. Artistas callejeros, una mezcla multirracial evidente y una sirenita bastante pícara acapararon instantáneamente nuestra atención. Trotando calles pudimos ver lugares como el Parque Central y tiendas como Tiffany’s y F.A.O Schwarz, que demostraron claramente como la ciudad de Nueva York es en sí un patrimo
nio cultural de Hollywood. Todo esto ha pasado en un día y medio de experiencias…todo acaparado en el vaivén del espíritu neoyorquino.

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